¿Qué es una gramática de la acción social?
La sociología estudia a la vida social humana: no se encarga de analizar a los sujetos particulares sino a la dinámica de las sociedades. Por qué funcionan, cómo funcionan y por qué viven como viven los sujetos dentro de los límites y libertades que les brinda su entorno. A su vez, la historia como disciplina estudia acontecimientos o procesos que ocurrieron en el pasado.
Cyril Lemieux nació en Francia en 1967. A diferencia de otros renombrados sociólogos como Émile Durkheim o Karl Marx… ¡todavía vive! En su escrito Gramática de la acción social, propone una mirada sociológica pragmática que analiza a las sociedades prestándole atención a la capacidad de las personas para adaptarse en diferentes circunstancias de su vida social. Cuando habla de gramática, Lemieux se refiere a la regla. La traducción entonces es sencilla: reglas de la acción social. Cada sociedad tiene sus propias reglas de acción, su propia gramática. Estas condicionan el accionar de las personas. De esta manera, existe una relación directa y consciente entre los seres humanos y las reglas que entienden deben respetar o transgredir en su sociedad.1
Son esas mismas reglas las que le dan a entender a la comunidad cuál es la manera de actuar o juzgar correctamente. Sin hacer grandes esfuerzos podríamos imaginarnos qué ocurriría si saliésemos desnudos a comprar al mercado… o si insultásemos a un policía. En otras palabras: estas reglas que rigen a la sociedad, y que los sujetos reproducen, funcionan como una vidriera ante los ojos de los que nos rodean y hacen posible que juzguemos lo que está bien o mal.
¿Qué pasa cuando notamos que alguien a nuestro alrededor está rompiendo las reglas?
Para Lemieux se trata de estar presenciando un error gramatical. Es decir, cuando un individuo actúa por fuera de los parámetros de lo “debido” o lo “normado”.
¿Cuántas veces nos enfrentamos a esas situaciones y notamos el error?
Acá es donde entra a jugar la historia. Ver hoy a una persona con el pelo multicolor o a un hombre usando falda no impacta del mismo modo en que lo hacía 20 años atrás. Los tiempos cambian y esos cambios son parte de un proceso. Si bien los sujetos no son los que imponen la gramática social de su época, estas reglas sí se pueden cambiar. Solo que lo hacen de manera colectiva.
¿Qué tiene para aportar el siguiente relato de Eva Perón?
Es de lo más divertido. Todos me miran como si fuera sapo de otro pozo. El machismo porteño no entiende que una mujer pueda estar allí, junto a Perón, aprendiendo. Yo sigo… A veces estoy cebando mate y no dejo. Otras, me siento y escucho, entro y salgo de la salita, atenta a lo que él quiere cuando me pide lo que necesita… miro a todos de frente, porque ellos al fin se van y la que se queda soy yo… 2
La presencia de Evita en las reuniones políticas de la década de 1940 en Argentina3 representaba, precisamente, un error gramatical. En la gramática de la época no era común que una mujer participara. Ni siquiera votábamos ya que eso era “cosa de hombres”. Su accionar expresa gráficamente el impacto que puede tener un error gramatical, con el importante detalle de que aquel error – ¿o deberíamos decir acierto? – representó el inicio de una ruptura colectiva de ciertas reglas sociales en la comunidad de su época, que se montaba a la larga trayectoria de luchas feministas que venía fomentando esa discusión desde principios del siglo XX.